lunes, 30 de enero de 2012

Pau enseña sus colmillos a Ricky


  • Los Lakers sumaron su decimosexta victoria consecutiva ante los Wolves.

  • Gasol consigue su tope anotador de la temporada y Ricky hace 5+8 asistencias.

  • Kobe coge 14 rebotes, más que Pau y Bynum, y mete 35 tantos.

  • Segundo triunfo a domicilio de la temporada para el equipo de Mike Brown.

    Antes del partido estuvieron charlando unos minutos sobre el parquet del Target Center. Pau Gasol y Ricky Rubio se saludaron efusivamente en el aperitivo de lo que fue su primer enfrentamiento oficial. Después, el ala-pívot de los Lakers le enseñó los colmillos al lobo. Sumó su tope de la temporada, 28 puntos (14 en el primer cuarto), para fabricar la victoria de su equipo junto con Bryant (35 y 14 rebotes) yBynum (21). Fue el segundo triunfo a domicilio de los Lakers en esta campaña tras nueve partidos con la camiseta morada. Ricky, contento con la visita de su amigo, comandó la resurrección de los Wolves, que murieron en la orilla tras igualar en el último cuarto un partido que tenían perdido en el tercero (-18).
    Pau activó su modo sobresaliente por primera vez en este curso. Anotó 12 de los primeros 17 puntos de su equipo, que esta vez sí insistió en la alimentación de balones al poste. Gasol hizo propaganda de sí mismo y se mostraba muy resolutivo, no como en Milwaukee. Los Lakers funcionaron mejor que otros días y los Wolves no daban con la tecla. Ricky, crucial para entender a este equipo, se olvidó la partitura esta vez y sólo Love acertaba a responder al empuje visitante. Le ayudó un poco Pekovic, otra vez titular. Los Lakers llegaron a tener 13 puntos de ventaja (36-49) y dominaban al descanso por ocho tantos con un 53,7% de acierto en el tiro. Pau aportaba 16 tantos y Kobe 13.
    Bryant cogió su fusil en la reanudación. Anotó 13 puntos y disparó a los Lakers. Minnesota se desdibujaba a consecuencia del mal partido de Ricky. En la salud y en la enfermedad, el base del Masnou condiciona a este equipo, inferior en la pintura y sin acierto exterior. De pronto, tras el 60-77 después del cuarto triple de Kobe, Minnesota, perdón Ricky, despertó. El base empezó a correr y los Wolves, ayudados de una zona, volvieron al partido con un parcial de 14-2 (74-79). En tres minutos cambió todo.
    Los Lakers se habían olvidado de Pau y confirmaron sus lagunas tácticas con una impotencia creciente a la hora de atacar la zona de los Wolves. Ricky, crecido hasta dar seis asistencias en un pis pas, se hizo con el mando del partido. Le cambió la cara al encuentro antes de escuchar como coreaban su nombre otra vez. A falta de cinco minutos todo estaba por decidir (89-89), pero tenía color Rubio. De pronto los Lakers recordaron cómo habían dominado sus pívots. Ocho puntos consecutivos entre Bynum y Gasol resolvieron el encuentro antes de que Kobe pusiera la puntilla a los Wolves como viene siendo habitual. Fue la decimosexta victoria consecutiva de los Lakers ante Minnesota y el partido de los últimos 14 que llegan a 100 puntos, su peor racha desde 1954.

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