miércoles, 23 de mayo de 2012

La tensión entre Heat y Pacers desemboca en la falta flagrante más peligrosa de la temporada


"Al campo salimos a jugar baloncesto, no a pelearnos", dijo LeBron James en la tensa previa del quinto partido de la serie entre Heat y Pacers, y que venía marcado por las declaraciones desde la franquicia de Indianápolis contra Miami.

Con el partido completamente decidido, 80-115 a falta de 19 segundos para el final, el suplentísimo Dexter Pittman cometió una espeluznante falta flagrante sobre Lance Stephenson (el mismo jugador que se burló de LeBron James mientras lanzaba tiros libres) una de las faltas más duras que se han visto en los últimos tiempos en la NBA.


"Estuvo muy mal... y además los jugadores de los Heat celebraron la acción, la cinta no miente...", dijo un integrante de los Pacers, que pidió que no se publicase su nombre, a 'Sporting News'.

Tras el brutal golpe Stephenson fue al hospital para descartar que sufriese algún tipo de fractura en la clavícula o lesión grave en el cuello.

La falta recuerda a la que cometió Metta World Peace sobre James Harden, pero con la diferencia de que Lance Stephenson venía en carrera y que a ambos jugadores les separan 37 kg. Pittman mide 2,08 y pesa 132 kg. y Stephenson mide 1,96 m. y pesa 95 kg.

Marc Gasol: "Todos tenemos un precio y todos somos traspasables"



Marc Gasol
, en un acto organizado por su patrocinador Seguros Caser (con el que ha ampliado su vinculación hasta 2015), atendió a los medios de comunicación en Madrid para analizar su temporada en losGrizzlies y hablar de su futuro.
Tras su gran rendimiento en el presente curso el internacional español es uno de los interiores más cotizados del mercado. Preguntado sobre la posibilidad de dejar Memphis y cambiar de aires Marc explicó que "todo es posible. Todos tenemos un precio y todos somos traspasables. Me sorprendería, pero es una realidad que puede pasar".
"Me siento muy identificado con la ciudad llegue con 16 años y me siento muy integrado y agradecido", dijo el de Sant Boi.
Aunque ya está en España Marc no se olvida de su hermano mayor Pau y de la dura eliminación de los Lakers: "El baloncesto es así y más en un equipo como los Lakers. Pau lo hace lo mejor que puede, pero cuando no se gana te empiezan a criticar".

"Pau y yo hemos hablado, pero rara vez lo hacemos de baloncesto. Él está más o menos bien y sabe lo que pasa. Perder es parte del deporte"
, dijo Marc sobre el estado anímico de su hermano.
En los 'playoffs' los Grizzlies dejaron escapar una eliminatoria contra los Clippers que tuvieron en sus manos, aunque Marc prefiere ver el vaso medio lleno. "Hacía dos años que no ganábamos un partido de 'playoffs', y esa mentalidad ha cambiado. Ahora se nos espera y se nos exige finales de conferencia. Es un reto que nos gusta y queremos seguir luchando".
La polémica de la serie estuvo en el criticado 'flopping' (teatro) de los angelinos, una práctica a la que Marc ha quitado importancia: "Cada uno intenta ganar a su manera y sé que no te gusta perder. Ellos intentaron sacar faltas porque saben que tenemos una rotación corta. Buscar la falta de un jugador siempre se ha hecho".
Sobre la dificultad de una temporada tan comprimida por culpa del cierre patronal el ÑBA analizó que "el curso de 'lockout' es realmente exígente. Tienes momentos duros, muchos partidos y viajes. Cuando lo consigues superar mentalmente todo es mucho mas fácil".
Marc Gasol no se olvida de los Juegos Olímpicos y de las bajas con las que cuenta España, y los rivales, de cara a la cita de Londres: "Es lo que toca vivir, todos queríamos acabar con el 'lockout' y queríamos jugar. Todos aceptamos la solución y cada uno ha jugado como ha podido. El número de partidos hace que las lesiones puedan ocurris, pero soncosas del deporte".
De cara a la lucha por ganar la NBA Marc apuesta por los Spurs, "me gusta mucho como trabaja san Antonio y su manera de hacer. Me gusta verles y soy fan de Tim Duncan, Manu Ginóbili y Popovich. Están muy frescos y han barridos a dos rivales. Los nuevos han aportado muchísimo. Parece que todo el que llega a san Antonio se transforma y juega bien"

RESULTADOS DE LA JORNADA

Serge Ibaka, la odisea hacia una vida normal


En un primer momento el idioma y la soledad se presentaron como barreras a la hora de cumplir su sueño. Kevin Durant le adoptó como su hermano y su madre le invitaba a cenar todas las noches en su primera temporada. Ha pasado de correr por las montañas del Congo a vivir solo en un piso con todo tipo de comodidades a escasos metros del pabellón.
Serge Ibaka es, a día de hoy, el único jugador español con posibilidades de engarzarse el anillo de campeón de la NBA en sus dedos. Su equipo, los Oklahoma City Thunder, ha eliminado a los Lakersde Pau Gasol y se ha metido, por segunda temporada consecutiva, en las Finales de la Conferencia Oeste. Una misión complicada, como todas las que hasta ahora ha tenido que afrontar Ibaka en su vida. Pero en todas ellas el resultado ha sido el mismo: el triunfo.
El jugador de los Thunder siempre ha logrado sus metas y lo ha hecho con una filosofía de trabajo envidiable que le ha llevado a superar todos los retos presentes en su vida. Desde que se levantaba a las cinco de la mañana en el Congo para subir corriendo una montaña junto a su hermano hasta repetir como máximo taponador de la NBA por segunda temporada consecutiva. Un logro que, sin embargo, no le ha valido para ser designado como el mejor defensor de la Liga, una pequeña frustración para el pívot de la selección española.
Respetado e indiscutible
Esa ética de esfuerzo es la que ha llevado a Ibaka a superarse año tras año. Desde que despuntara en la Copa de África júnior en Durban en 2006 hasta cumplir su tercera temporada en la NBA siendo indiscutible para su entrenador, Ibaka ha demostrado que está hecho para este deporte y para esta Liga. Un campeonato en el que se ha ganado el respeto de rivales y compañeros y el cariño de un público que enloquece cada vez que el español se eleva hasta el cielo para taponar un balón.
El camino no ha sido sencillo. El chico abandonó su casa y a su familia con apenas 16 años para poner rumbo a sus sueños. Tras aquel torneo en Durban, Ibaka dejó a su padre -su madre murió cuando él apenas tenía siete años- y a sus 17 hermanos en Congo para viajar a L'Hospitalet, donde le esperaba la primera oportunidad de su vida. Sin conocer el idioma y sólo con sus sueños y su esfuerzo en la maleta, Serge comenzó a hacerse un nombre en la escena internacional.
Sus aptitudes pronto llamaron la atención de la NBA -fue elegido por los Sonics en el puesto 24 del draft de 2008-, aunque él prefirió quedarse un año más en España, completando su formación tanto como persona como jugador. Sin embargo, un año después no pudo posponer más su desembarco en Oklahoma. La historia se repetía. Ibaka debía comenzar una nueva vida sin más compañía que la de su afán de superación y su deseo de jugar con los mejores.
Con esta hoja de servicios, el jugador se presentaba en Oklahoma. Una ciudad que le recibió con los brazos abiertos y que era el caldo de cultivo perfecto para explotar sus cualidades. Una urbe pequeña, alejada de los focos de otras como Los Ángeles o Nueva York y con la tranquilidad necesaria para un joven que quería trabajar y triunfar. Ibaka y su filosofía del esfuerzo encontraban el lugar adecuado para alcanzar el sueño de convertirse en un jugador importante en la mejor Liga del mundo.
Sólo había dos problemas: el idioma y la nostalgia. El primero se solventó del único modo que Ibaka sabe hacerlo, trabajando y estudiando. El segundo también lo solucionó antes de lo esperado. Y lo hizo dentro del propio vestuario. Ibaka, que había dejado una familia numerosa en el Congo, se encontró con otros 12 hermanos en el vestuario de los Thunder que le acogieron como uno más. Especialmente la estrella del equipo, Kevin Durant, que le tomó de la mano e hizo las veces de hermano, llevándole a su casa y presentándole a su madre, que le veía como a uno más en la familia y le invitaba a cenar con ella noche tras noche.
La humildad y el sacrificio, sus armas
Han pasado tres años desde aquello y nada ha cambiado para Ibaka. El pívot sigue viviendo solo en un piso cercano al Chesapeake Arena y su vida se desarrolla con toda la normalidad que puede tener una estrella de la NBA, con el poco tiempo libre que ello supone.
Su rutina consiste en trabajar -solo en el gimnasio o con el resto del equipo-, descansar y disfrutar con sus amigos yendo al cine o saliendo a cenar. Esa es la vida de un chico normal que sigue avanzando hacia su nuevo reto: ganar el anillo de campeón de la NBA. Un sueño que parece que tampoco se le va a resistir.