En sus dos últimos partidos con los Oklahoma City Thunder, Serge Ibaka ha anotado 14 y 20 puntos. Cifras que no llamarían la atención si no fuese porque casi duplican y triplican la media anotadora de Serge Ibaka esta temporada y están muy por encima de la media de su carrera.
Los Thunder tienen tres asesinos del aro (Durant, Westbrook y Harden) y van sobrados de puntos. Pero en la temporada del asterisco, donde las lesiones y el cansacion tienen taquilla en el vestuario, hasta el equipo más potente necesita la ayuda de todos. Y en esas está Serge Ibaka.
Su arranque en la NBA no fue el esperado. Venía de ser el mayor taponador de la NBA, de brillar en Madrid y sí, empezó taponando mucho, pero eso no era suficiente. En sus tres primeros partidos anotó 0, 6 y 4 puntos. Taponaba, sí. Reboteaba. Pero eso no era suficiente para un Serge Ibaka que quería aportar más, sentirse más útil. Lo había sido en uno de los mejores equipos de Europa, en partidos importantes, y quería repetir.
El Daily Oklahoman desvelaba esta semana, coincidiendo con la irrupción anotadora de Ibaka, una conversación del español con Kendrick Perkins, su compañero en la pintura. En ella, Perkins relata las dudas de Ibaka y su afán por aportar más al equipo, especialmente en ataque. Unas dudas que le honran, siendo uno de los mejores intimidadores de la liga y promediando más de 2 tapones por partido, una de esas cifras mágicas que aseguran una carrera en la NBA.
La respuesta de Perkins, un tipo que ha marcado sus codos en media NBA, fue dura. "Le dije que tiene la habilidad de ser el jugador defensivo del año en la NBA. Le pedí que saliera y jugara, que se olvidara del ataque. Si no anotas, pero pones 6 o 7 tapones, has hecho tu trabajo, y creo que está empezando a entenderlo", explica Perkins.
Al mismo tiempo, el técnico de los Thunder, Scott Brooks, le pide más en ataque. Sabe que sus Thunder serán casi invencibles si consigue un cuarto hombre que aporte más anotación, o que al menos pueda ser una amenaza más en ataque, y cree que Serge debe ser ese hombre. Pero Perkins pone la pausa.
"Al principio estaba preocupado por su juego en ataque. Le dije: "Ese no es tu rol. Eso no es lo que necesita de ti este equipo. Si te llega el balón y puedes tirar, tira. Si estás cerca del aro, machaca. Pero lo primero que tenemos que hacer en este equipo es defensor", añade Perk. Después de que Ibaka anotara 20 puntos, la prensa local preguntó al técnico de los Thunder y Brooks reconoció que él no había diseñado nada especial para Serge, que todo había sido gracias al esfuerzo de Ibaka.
Quizá Perkins dio con la clave al conseguir que Ibaka no se obsesionara con el ataque. Quizá el orgullo y la ambición por ser mejor jugador de Ibaka sea lo que le haga seguir trabajando en su tiro en suspensión y en sus movimientos al poste. Quizá sean las ganas de contentar a su entrenador, o quizá sea la experiencia que ganó jugando al máximo nivel FIBA, con la selección, y en Europa, con el Real Madrid. Sea lo que sea, anote más o menos, lo que está claro es que Serge Ibaka sigue creciendo como jugador. El propio Ibaka se ha encargado de poner su techo un poco más arriba, todavía no lo ha alcanzado y los Thunder deberían estar orgullosos de ello.
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