Los Lakers siguen dando tumbos fuera del Staples Center. Perdieron en Milwaukee (100-89) y se confirman como equipo chollo para cualquier local. Sólo han ganado en uno de sus ocho desplazamientos (Utah). Los Bucks dieron buena cuenta del combinado que aún dirige Mike Brown, un equipo de nuevo desconcertado, apático y con un lenguaje corporal que rezuma derrotismo. No están para nada.
A este paso la mirilla del objetivo se apunta hacia otros retos: entrar en 'playoffs'. Pau Gasol, mal en el tiro, terminó con 12+15 rebotes. Su presencia se fue diluyendo presa de los fallos. Los Lakers empezaron apostando por el juego interior, así llegaron sus primeros ocho puntos en los primeros cuatro minutos, y de pronto se olvidaron de que tienen dos jugadores dominantes de 2,16. Debe ser frustrante para Bynum y el catalán estar tan desperdiciados.
Es un equipo que ataca fatal (promedia 89,7 puntos lejos del Staples), pero que tampoco defiende muy allá. Encajó 100.Milwaukee dominaba al descanso (51-43). Llevaba 45 puntos en los primeros 17 minutos gracias a las continuas pérdidas de su rival: hasta siete en el segundo cuarto. Sólo Kobe (7+5+6) rendía a buen nivel. Pau llevaba 3 de 10 en tiros de campo. Hacía mala propaganda de sí mismo: el eslogan 'darme balones al poste' no funciona con días así.
Kobe se lo tomó en serio en el tercer cuarto (anotó 13 puntos en este periodo), pero los Bucks, conGooden (defendido por Pau) en vena, y Jennings sintiéndose cómodo mientras Fisher trataba de seguir sus pasos, mantenían su renta (73-80). Los Lakers hicieron la goma en el último periodo, pero nunca creyeron en la remontada. A falta de 52 segundos, Brown sentó a los titulares entregando la cuchara. Lo sorprendente es que ganen algún partido jugando así.
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