Kevin Love lleva sin jugar un partido de la NBA desde el pasado 10 de enero, cuando se fracturó el dedo corazón de su mano derecha por segunda vez en apenas tres meses. Una lesión que, según los servicios médicos de los Wolves, le mantendría alejado de las canchas durante un periodo de entre ocho y diez semanas.
Han pasado los días y el ala-pívot no se ha vuelto a vestir de corto. No falta a un partido de su equipo, pero siempre los sigue desde la grada y vestido de calle. Y así seguirá siendo hasta que termine la temporada, para lo que restan seis partidos.
Sin embargo, en esta ocasión no es la mano la que ha impedido el regreso del socio de Ricky antes de finalizar el curso. En esta ocasión ha sido la rodilla izquierda del jugador la que ha ordenado a los médicos y al propio Love que guarde reposo durante el verano para volver al máximo al inicio de la próxima campaña.
El ex de UCLA tendrá que someterse a una cirugía menor en su rodilla izquierda para retirar parte del exceso de tejido cicatrizal de una operación anterior. Una intervención para la que se necesita un periodo de recuperación estimado de entre cuatro y seis semanas, por lo que dice adiós a la temporada.
Por culpa de las lesiones, Love apenas ha disputado 18 partidos a lo largo de esta campaña, dejando unas medias de 18,3 puntos, 14 rebotes y 2,3 asistencias en 34 minutos por encuentro.
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