El parón del All Star fue un punto y aparte para Ricky Rubio. El base español disfrutó de la gran fiesta del baloncesto y se codeó con las grandes estrellas de este deporte como lo que es, una más del firmamento. Los focos y las cámaras no dejaron de seguirle durante todo el fin de semana, locos por un jugador cuyo impacto ha sido inmediato en la NBA.
Ricky comenzó la temporada superando todas las expectativas. La NBA, y más concretamente Minnesota, se adaptaban perfectamente a las condiciones y al estilo de juego del base español. Los contrarios se rendían al juego del genio de El Masnou y las grandes estrellas de la Liga adulaban al nuevo chico maravilla. A todos les hizo frente en la cancha y de todos, o de casi todos, salió airoso.Su calidad y sus prestaciones le han convertido en indiscutible para Rick Adelman, que no dudó ni un minuto en concederle las riendas del equipo a las primeras de cambio. Un gesto que agradecieron los aficionados de los Wolves, que han encontrado en Ricky una de las piedras angulares, junto a Kevin Love, sobre las que construir un futuro ilusionante para la franquicia.
Pero le faltaba el desafío más duro, el rival más complicado de todos, el temido 'rookie wall'. Un muro vertical que se presenta en forma de desgaste a todos los novatos y que les pasa factura bajando sus prestaciones debido a la sobrecarga de partidos que supone la mejor Liga del mundo. Ricky, por desgracia, no iba a ser una excepción.
El base catalán se ha topado con este muro coincidiendo con el All Star. Un parón que no le ha venido nada bien a Ricky, que ha visto bajar su rendimiento notablemente.
Desde el pasado 26 de febrero, día en el que se disputó el All Star, el jugador español ha disputadocinco encuentros. Cinco partidos en los que ha jugado 151 minutos (30,2 por encuentro) y en los que ha anotado 28 puntos (5,6 por partido), mientras que en los cinco anteriores al parón estuvo 173 minutos en cancha (34,6 de media) y anotó 69 puntos (13,8 por choque).
Su bajón va más allá de la media anotadora o de los minutos jugados. Han comenzado a aparecer las primeras dudas sobre el rendimiento de Ricky y estas vienen por el porcentaje de acierto de cara al aro que tiene en los últimos cinco partidos. El español acredita un 18,4% de acierto en tiros de campo desde el All Star, mientras que antes del parón, su porcentaje de acierto era de un 36%. Casi el doble.
Especialmente significativo es el bajón que ha pegado en el lanzamiento de tres puntos. En los últimos cinco partidos Ricky apenas ha anotado un triple de los nueve que ha intentado (11,1%), mientras que en los cinco anteriores venía de anotar ocho de sus 18 intentos (44,4%).
Pero hay un aspecto que preocupa más que el acierto de cara al aro y es el hecho de que Ricky haya perdido confianza y haya cedido protagonismo a sus compañeros. Justo antes del All Star, el base español acumulaba un total de 60 lanzamientos a canasta, mientras que en los cinco siguientes ha bajado hasta los 38.
Es el peso del rigor físico de la Liga y de los minutos disputados. A pesar de su experiencia en Europa, Ricky ya sabe que la NBA es mucho más dura y exigente. Y ahí están las cifras para demostrarlo. En las dos últimas temporadas que estuvo en la ACB, Ricky jugó un total de 1.772 minutos, contando liga regular, 'playoffs', Euroliga y Copa del Rey. En tan sólo 39 partidos de NBA Ricky ya ha jugado 1.360. Es decir, que con la media de 34,8 minutos que Ricky tiene en la NBA, en sólo 11 partidos igualará los minutos jugados en las dos últimas temporadas.
Esa sobrecarga y el nivel físico exigido son la mejor explicación para el bajón de Ricky, que sufren todos los recien llegados a la Liga. El español, que no se esconde nunca, reconoció a José Ajero de Canal Plus que era consciente de que este momento iba a llegar. "Es algo que afecta a cualquiera, pero a los rookies en especial, y lo hace más a nivel mental que físico", explicaba durante el All Star.
Ricky sabe que el 'rookie wall' no es excusa. Por eso da la cara. "Hay partidos en los que no sientes las piernas y tienes que tirar de corazón. Hay encuentros en los que notas una temporada tan comprimida. Lo que tienes que hacer es cuidarte bien", aseguraba el jugador de los Wolves, quien cuenta con un aliado para intentar traspasar también esta barrera. "La experiencia que he tenido en Europa creo que me puede ayudar a superarlo", sentenciaba un Ricky al que se le ha presentado un nuevo reto en su carrera.
Un nuevo desafío que superar para alguien que ha superado cualquier muro que se le ha puesto por delante.
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