Boston apela al orgullo Celtic para hundir a los Rockets de Lowry y Scola en la prórroga

El TD Garden volvió a vivir una noche memorable en la que el espíritu, heroicidad y orgullo de los Celtics alcanzó una vez más su máxima expresión. A falta de piernas, el corazón y Rondo ponen el resto para ganar. El ‘big three’ remontó una desventaja de 10 puntos a poco más de cinco minutos del final y en la prórroga sentenció con la casta y talento de Pierce (30 puntos), el mejor del partido. Allen firmó 21, Garnett 13 y 13 rebotes, y Rondo se quedó en 9, pero dio 12 asistencias.

Houston no supo aprovechar su enorme superioridad en el rebote (57 por 38 del rival) y pese a que seis jugadores anotaron dobles dígitos, la asfixiante defensa local condenó sus opciones. Scola estuvo brillante con un doble-doble (18 puntos y 14 rebotes), y Lowry (18) y Dragic (11) notables, aunque perdieron balones decisivos. El esloveno forzó la prórroga, pero no evitó el quinto triunfo consecutivo de los verdes.

En la vuelta a cancha y con Pierce en pista el orgullo verde salió a relucir al instante con un 10-2 de salida y con un buen tono defensivo, que dejó al rival casi cuatro minutos sin anotar. Boston llevó el choque a las cavernas, como le gusta. Los malos porcentajes de ambos en unos minutos terriblemente espesos y trabados no provocaron excesivas alegrías en el electrónico (30-31 en el ecuador del segundo cuarto). Fue la sorprendente mano de Stiemsma, la habitual multiplicación en facetas del juego de Rondo y la exhibición defensiva local la que colapsó a Houston (sólo 12 puntos en éste cuarto) y estiró la mini ventaja a favor de Boston antes del descanso dando la vuelta al partido (40-46).Dos minutos y medio tardaron los Celtics en anotar su primera canasta. Una tardanza que no impidió que los locales mandaran pronto en el marcador (8-11), buscando con ansia el pase extra y circulando todo el juego por su 'Big three'. Pero el mal inicio de Boston se convirtió en premonición tras el empate a 15 y cuando el 'rookie' Parsons asumió los galones en ataque. Houston se disparó como un cohete con ocho puntos del alero de los Rockets y el buen hacer de Scola (11 puntos y 7 rebotes) en la pintura. Ambos dieron un primer margen a los visitantes en el primer cuarto (28-21), ante un Rondo brillante pero excesivamente sólo.

LOS ROCKETS REACCIONAN
Tras la salida del túnel de vestuarios los de Kevin McHale siguieron padeciendo la intensidad de los Celtics. Pierce se puso en modo Pierce y los de Doc Rivers alcanzaron pronto la psicológica ventaja de los diez puntos (45-55 a los tres minutos). En un choque de poca fluidez y anotación baja a Houston le costaba un mundo meter, mientras que Boston se sentía cómodo sacando petróleo en el barro en contadas acciones ofensivas y viviendo de segundas opciones. Por fortuna para los visitantes y para el encuentro un parcial de 14-5 lo igualó todo de nuevo a 61. Los Rockets, con Scola y Lowry como estiletes, lograron recomponerse y cerrar el cuarto con un inquietante 68-63 para los locales.

El tobogán en el que estaba inmerso el choque entró en su decisivo último período con un triple de Courtney Lee (71-63). Posteriormente cinco puntos seguidos de Dragic impulsaron la máxima renta visitante (80-70) a cinco minutos y medio del final. Boston ya estaba en 'Defcon 1' e iba con todo: 'Big three' en pista, presión tres cuartos de pista (zona press 2-2-1 con 2c1 después de tiro libre convertido) y contactos rozando continuamente la falta. La ecuación dio la respuesta esperada, con Ray Allen liderando la remontada con un triple letal a 35 segundos del final (82-84). El parcial final de 14-2 fue tan monumental como la pifia de Rondo en la bandeja que erró sólo a 12 segundos y que hubiera sido la sentencia. Dragic empató a 84 a tres segundos y Allen no pudo evitar la prórroga.

En el tiempo extra Paul Pierce se echó al equipo sobre las espaldas. El 86-91 pudo torearlo un gran Lowry, pero no el 92-95 a 46 segundos del final. El base de los Rockets cometió dos errores y Allen cerró el partido desde el tiro libre.